miércoles, 3 de mayo de 2017

El deseo de controlar al otro



"Los humanos siempre hemos querido controlar el pensamiento y la conducta de los demás" Punset.

La educación fuerza a ciudadanos para llegar a un poder adquisitivo mayor, ya están supuestos a una mínima manipulación. También los medios de comunicación, la publicidad o la televisión sugestiona a pensar en una cosa u otra si no estamos informados del todo.

"Nos gusta pensar que nuestras mentes son sólidas e invulnerables y que nadie puede interferir en ella" como bien explica el vídeo al que redirecciono en el párrafo anterior, pero no es así, somos influenciables por naturaleza, unos más que otros, depende mucho de la personalidad de cada persona. Una persona con menor autoestima es más fácil de manipularla o persuadirla. La mayor diferencia para distinguir una de la otra es la comunicación, si hay comunicación de por medio estamos hablando de persuasión y no de manipulación. Si la persona con baja autoestima tiene algún tipo de dudas es cuando mejor puede actuar el manipulador, se aprovecha de la situación, de las dudas de la "víctima" para llevarle a su terreno. 



A diferencia de cuando quieres persuadir a alguien, respetas sus dudas, entiendes sus sentimientos y no intentas convencerle de lo contrario hiriéndole. A través de la persuasión se llega a la convicción ya que se argumentan los motivos. Sin embargo, con la manipulación, la decisión de la "víctima" es a corto plazo ya que no hay motivos con peso para que siga pensando en que eso era lo correcto.

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